viernes, 21 de diciembre de 2012

Los celíacos somos gente MUY limpia

"Debes asegurarte de que está bien limpio, sin ningún resto, quitar las impurezas ... pasar un paño húmedo, eliminar bien cualquier traza, que no lo toquen con nada..."
Cualquiera podría pensar que son las indicaciones para limpiar material quirúrgico de no ser porque falta la palabra 'desinfectar' (aunque no descarto verla algún día). Pero no. No se refiere esa exhaustiva limpieza a un quirófano, sino a las condiciones en las que debe estar una cocina y los utensilios que se emplean a la hora de cocinar sin gluten.
Cuando se habla de cocinar sin gluten, muchas de las precauciones se basan en el principio de que la comida que se prepara no tenga las temidas trazas de gluten (o también conocido como la contaminación cruzada). Pero, sin quitar importancia al hecho de que el gluten no debe contaminar la comida de un celíaco, os decepcionaré al decir que no hace falta que nuestra cocina parezca una mesa de operaciones en la que no debe haber ni un germen, o por lo menos, no menos que cuando cocinamos comida con gluten.

Es curioso analizar indicaciones que suelen darse, más que nada, porque ponen en duda la higiene de quien lee o porque pareciera que se tuviera que hervir cualquier cosa que hubiera tocado un alimento con gluten:
  • No puede utilizarse ningún utensilio sin limpiar (espumadera, cuchillo de untar ...) que se haya utilizado previamente en otro producto con gluten. Si se utilizan los mismos recipientes para envasar o cocinar los productos libres de gluten, cerciorarse de que estén bien limpios.
Bueno, ésto, por favor, es una indicación para la cocina en general... no utilicéis un cuchillo con el que se ha cortado chocolate, para cortar chorizo. Más que nada por no mezclar sabores. Y por favor, cuando se acabe la fabada de mamá, limpid BIEN el tupper antes de devolvérselo para que  lo llene con paella el próximo domingo. "No utilices utensilios ni recipientes sin limpiar... en general"

  • Si se utiliza el horno o microondas para realizar un alimento con gluten, limpiar con un trapo húmedo antes de poner alimentos sin gluten, esto evitará que las pequeñas partículas con gluten puedan caer sobre los alimentos para celíacos. 
Más bien diría que limpiaseis las bandejas o recipientes (pero eso ya se ha indicado más arriba). No hace falta pasar un paño por la culpa del gluten, sino para quitar la suciedad que haya quedado (por no acumular trabajo, vaya).

  •  Cuando se utiliza batidora, lavar bien las paletas y pasar un trapo húmedo a la máquina.
Vamos, que la limpiéis, sobre todo si batís algo con huevo, eso puede llegar a ser más peligroso que lo del gluten. Aunque lo del trapo húmedo no sé si lo hace todo el mundo. Hay que ser más limpio...
  • No se puede utilizar un aceite para freír comida sin gluten en el que se hayan preparado rebozados con gluten.
Cuando se cocina en casa, sí, es mejor tener aceites separados, pero se han realizado análisis de aceites en los que se habían frito productos con gluten y se determinó una cantidad despreciable de gluten, por lo que si alguna vez se hiciera (cuando se come fuera, por ejemplo), no sería un problema.

  • No utilizar un tostador que previamente se ha usado con productos con gluten
Discrepo en ésta. Sí, mejor que no se mezclen las migas, pero hasta qué punto es necesario sabiendo lo anteriormente mencionado sobre el aceite.
  • No utilizar mantecas o mantequillas que se hayan usado para untar un pan o galletas con gluten.
Vamos a ver, si ya habías limpiado el cuchillo, ésto es excesivo, a no ser que uses el pan directamente para untártela. No hace falta tener dos botes de cada si se es un poco cuidadoso.
  • Cuando se compran embutidos loncheados, pedir que en lo posible limpien la máquina y que separen la primera loncha, porque es posible que antes usaran embutidos con gluten.
¡Por favor! Ni se os ocurra hacer ésto porque entonces ya sí que nos tildan de especialitos. ¡Es excesivo!

Éstas son algunas de las indicaciones que se difunden y que distan mucho de lo necesario para realizar una comida sin gluten. A la hora de cocinar hay que tener cuidado de no mezclar las cosas sin gluten con las de con gluten, que no caigan migas o restos, así como no utilizar productos con gluten, pero sin tener más precauciones que las que tendríais en materia de higiene a la hora de cocinar. Sí, es mejor cocinar con aceite en el que sólo se hayan frito cosas sin gluten, que se intente 'contaminar' lo menos posible la comida sin gluten, pero siempre hay un margen de error. No hay que agobiarse.
Por cierto, antes de cocinar comida sin gluten lavaos las manos, que aunque no tengan gluten, es de agradecer (ésto vale también para los no celíacos).

martes, 4 de diciembre de 2012

Lo peor de ser celíaco no es no poder comerte el pan de la hamburguesa...

Sí. Uno de los comentarios más repetidos cuando se te ocurre decir que las hamburguesas fuera de casa (a excepción de algunos restaurantes en los que ya cuentan con pan sin gluten como McDonald's) las tienes que tomar sin pan son: 'vaya faena', 'no es lo mismo', 'no sabes lo que te pierdes'...
¡¡ILUSOS!! Lo peor de no comer la hamburguesa con pan es tener que pedirla sin pan. Aunque he de reconocer que una vez te sabes la jugada, incluso fuerzas la situación para tomártela de mejor humor.

Un restaurante de la cadena de Foster Hollywood:
-Una hamburguesa ... pero sin el pan por favor.
-¿Sin el pan?
-Sí, sin el pan.
-Pero ¿sin el pan de arriba?-responde el camarero intentando analizar lo que acaba de oír-.

-No, sin el pan de arriba ni el de abajo.
-Vamos, sin pan.
-Sí, sin pan.
-¿Seguro?-dice contrariado, sin entender muy bien aún mi petición-.

-(El humor me pide a gritos salir, pues vista la incredulidad del camarero decido que es mejor no entrar en detalles del por qué no me voy a comer el pan) Sí, de verdad... hoy me voy a arriesgar que soy una intrépida.

Es ciertamente divertido (si uno se lo toma de buen humor) ver las reacciones ante la petición de 'sin pan'. Podrán venir clientes y pedir la carne como una suela, la hamburguesa sin tomate, sin queso, con doble de lechuga, sin la salsa, con la patata cocida y con salsa, sin pimienta... pero el pan chirría en las comandas si falta.
Sí, podría ser mucho más rápido explicar que eres celíaca, que no puedes comer pan y que por favor te sirvan la hamburguesa sin el pan. Porque no se extrañarían tanto (o a veces incluso más), porque así se informaría y lo sabrían para otras veces.. etc, etc. Pero sintiéndolo mucho, no todos los días estás con el ánimo de tener que dar mil y una explicaciones sobre lo que puedes o no comer, ni puede que estés dispuesta a aguantar según qué reacciones del tipo 'no nos arriesgamos a servirte', ni quieres que te estén controlando cada bocado que das (porque alguien les ha explicado mal lo que es la celiaquía) y simple y llanamente quieres una hamburguesa, con todo, con todo, con todo... menos con el pan.


domingo, 18 de noviembre de 2012

Efectos secundarios de Mercadona

Se celebraba una comida en casa de unos amigos. Dejando los manjares del menú, entre los que casi no tenía ninguna restricción (tortilla de patatas, pisto, queso brie con pimientos caramelizados, salmón marinado, ropa vieja, cecina, queso...), tal vez la anécdota más destacable fuera el postre.
Después de comer como si se celebrara la última comida antes del fin del mundo, llegó la hora del dulce.
-He comprado helados sin gluten del Mercadona. Para que no tengas problemas.
-Gracias, qué de soluciones os da Mercadona y Hacendado, ¿eh? -dije con el tono irónico que siempre acompaña a los comentarios sobre celiaquía y la supuesta panacea que supone esta cadena de supermercados-.
-Pues te has lucido con la elección -resonó de fondo una tercera voz, mientras que observaba los recipientes de helado colocados encima de la mesa-.
-¿Por?
-Porque has comprado helado de chocolate con coockies y helado de tarta de queso.... -respondió-.
-¡Pero no puede ser! Si yo había leído en algún lado lo de 'sin gluten'!
-Sí -me sonreí-, en la puerta del supermercado al leer que ponía Mercadona.


De nuevo, la tremenda campaña realizada por Mercadona etiquetando todos sus productos con el dichoso sello 'sin gluten', vuelve a confundir a la gente.
No: no todo lo que hay en Mercadona es sin gluten, aunque en breve pongan el sello hasta en el papel higiénico. Y no: los helados con galletas, cookies, etc, no son helados sin gluten, de hecho, si os decantáis por las opciones de nata, vainilla, limón, chocolate, leche merengada, fresa, yogurt, etc, etc, etc.... seguro que acertaréis con muchas más posibilidades. Aunque ante la duda nunca está de más leer la composición, buscar esa deseada etiqueta 'sin gluten' o preguntar al interesado en comer sin gluten en cuestión. Pero nunca os dejéis engañar o nublar por el supermercado en el que se encuentre, las campañas de publicidad os pueden jugar malas jugadas.

martes, 16 de octubre de 2012

God save the Comedy: Mercadona sin bromas sobre el gluten

He conocido un lugar maravilloso donde el hecho de pronunciar las palabras Hacendado o Mercadona no provocan comentarios sobre celiaquía ni bromas manidas, sino monólogos de humor. Un universo temporal creado por el ingenio de los participantes en God save the Comedy, la nueva propuesta para la noche de los domingos en la Discoteca Gres, Madrid.
Un espacio lleno de risas, buen ambiente y mejores cómicos, en cuyo estreno, con Enrique San Francisco como maestro de ceremonias, se dieron cita el humor negro de Denny Horror, las tiernas historias de látex de Iggy Rubín, la maquiavélica planificación de venganza de Pepón Fuentes, así como las incertidumbres sobre el futuro que preocupan a Dani Piqueras. Todo ello amenizado con la unión musical de Piqueras y Horror, de sorprendente resultado y letras pegadizas.

Un espectáculo donde, de momento, no se han hecho bromas sin gluten, pero que de hacerse serían dignas de contar, merecedoras de una carcajada y por supuesto valiosas candidatas para alguna que otra entrada en este blog.
Desde Celíaca no es mi nombre se informará sobre las posibles bromas, pero si queréis comprobarlo en directo no tenéis más que acercaros los domingos a las 20h por el espectáculo God save the Comedy.
El estreno fue un éxito, pero variará en temática y protagonistas a lo largo de las semanas. 
Toda la información está disponible en sus redes sociales:

God save the Comedy
en Discoteca GRES
Calle Fernando el Católico, 86
28015, Madrid
Precio de la entrada= 5€ 


miércoles, 19 de septiembre de 2012

De copas: Redvelvet

Una alternativa para una velada si te lías con eso del gluten: la copa.
Porque sí, la expresión "no puedes comer nada" aunque lejos de la realidad, es muy reiterada cuando se habla de celiaquía, pero aquello de "no puedes beber nada", ya no se puede generalizar tanto. La única bebida que está censurada es la cerveza (principalmente), aunque ya hay alternativas sin gluten, o incluso propuestas con otro lustre como el vino.

Pero si se centra la atención en todas aquellas bebidas que sí puede tomar un celíaco, como primera recomendación de este blog, una coctelería: Redvelvet Cocktail Bar


Inconfundible su toldo rojo, preludio cromático de las paredes aterciopeladas que reciben al entrar. Sobre ellas comparten espacio elementos decorativos eclécticos junto a fotografías a la venta que se exponen de forma temporal. Una mezcla que le confiere cierto aire burlesco, aunque contenido. En cuanto a la distribución, aprovecha el recibidor -su lugar de máxima altura- para desplegar numerosas lámparas de araña en cristal, colofón decorativo que da paso a la división en dos alturas del espacio.
Un ambiente íntimo, ideal para disfrutar y saborear su variada carta de combinados.
No busquéis la típica copa pues, si bien también se pueden encontrar en Redvelvet, uno de los grandes atractivos de su repertorio son las bebidas premium, con una selecta gama de ginebras y rones.
Entre los cócteles que le dan fama destacan el Tom Collins o el Pink Lady, a base de ginebra, o el Orange PX -de creación propia- a base de ron Dos Maderas PX.
Una alternativa para sorprender a los sentidos, en un lugar íntimo de atmósfera acogedora y dispar.

 
Joaquín María López, 28
Madrid
Metro Islas Filipinas (L7)
Miércoles a Domingo de 19 a 2.
(viernes y sábados hasta las 2:30)







viernes, 14 de septiembre de 2012

Casi todo el alcohol es gluten free

Es curioso como el alcohol casi ni se menciona en las guías de celíacos o de alimentos sin gluten
En numerosas ocasiones, al 'confersar' que eres celíaca surgen comentarios del tipo:

-Pues vaya púa.
-Si no podéis comer nada.
-No se puede ir a comer a ningún sitio contigo.

Si bien pueden presentarse alguna que otra limitación, no es, ni con mucho, difícil comer con un celíaco. Pero reconozco que no todo el mundo tiene la misma paciencia, la misma capacidad resolutiva o los mismos conocimientos sobre aquello del gluten.
Así que como alternativa para los celíacos mayores de edad no abstemios, hay solución para pasar una velada lejos de las trazas de gluten: las bebidas espiritosas. No llevéis a los celíacos a cenar si os va a resultar un quebradero de cabeza: llevadlos directamente a tomar una copa.
Una alternativa para 'tomar algo' una noche, sin que el gluten esté presente o tenga que ser el centro de la conversación.

En lo que a bebidas alcohólicas se refiere, los celíacos sólo tienen problemas con la cerveza (a no ser que sea 'sin gluten') pero el vino puede ser un sustituto perfecto. Si pasamos el plano de las bebidas con mayor graduación, las limitaciones son más bien escasas: algunos licores de crema de café o crema de chocolate, pues en su composición puede que lleven algunos ingredientes con gluten, pero son los menos. Descartando a éstos, la carta de posibilidad es amplísima: ron, whisky, vodka, ginebra, brandy, curaçao, anís, aguardiente, pacharán... Sin preocupaciones por las frutas, zumos o natas que puedan contener en sus infinitas combinaciones. Y no, las sombrillas, flores y demás ornamentaciones plásticas que puedan coronar el cóctel tampoco son con gluten, aunque dudo de su buena digestión.

Se irán publicando propuestas en este sentido, al igual que con los restaurantes. De momento, la primera: Redvelvet.

viernes, 7 de septiembre de 2012

¿De dónde vienen los celíacos?

-... soy celíaca
-¡Ay!¡Qué país tan bonito!


Algunos ya sospechaban algo, pero no: no somos una secta, ni un grupo que cada vez invada más las etiquetas de los productos del supermercado. Éso sólo era el principio: ¡somos mucho más!
Hasta país de origen. Es de esos misterios que se suma a tantos otros países con los que se sigue especulando acerca de su localización.

Acepto que esta broma supera incluso a la de confundir la celiaquía con un signo zodiacal. Pero aclaro: no tengo un sello de 'sin gluten' en el DNI y en el espacio del país sigue poniendo 'España'.

viernes, 27 de julio de 2012

Yo soy celíaco, pero no de gluten...

Una tarde de cañas con un amigo, en mi caso de vinos -por razones evidentes- y una tapa de pan untado de por medio que no me puedo comer:
-Cómetela tú... que yo de ésto ya sabes que no gasto, ¿ves? ventajas con las tapas por ir con una celíaca.
En la segunda ronda, se repite la situación: una caña, un vino y de nuevo una tapa, pero esta vez de aceitunas:
-¡Uy, mira! Ahora la que tiene la ventaja eres tú. Cómetelas. No es que no me gusten, yo es que soy celíaco de aceitunas.


Pero la agudeza no se da sólo en los adultos. Los niños también se aprenden las 'ventajas' que podría ocasionar ser celíaco, celíaco de lo que a uno le convenga claro está, puede ser de aceitunas, de pescado o de lo que se tercie...
Un niño de cuatro años, el cual tiene un hermano que es celíaco, en el comedor de su colegio. En el momento en el que le van a servir el segundo plato se apresura a advertir alarmado a la profesora, mientras se lleva las manos a la cabeza:
-¡Nooo! A mi no me pongas segundo plato ¡que soy celíaco de huevo frito!





lunes, 23 de julio de 2012

¿El pan y las galletas pitan en el aeropuerto?

¿Quién no ha sentido alguna vez ese miedo escénico al acercarse al control del aeropuerto?
Según te acercas al arco, mientras sostienes con una mano la bandeja desbordada en la que habrás depositado los líquidos en botes de menos de 100 ml, el reloj, el móvil, la chaqueta, el portátil -si llevas-, el cinturón, etc, y con la otra mano te sujetas el pantalón para evitar que se caiga, repasas mentalmente todo aquello que llevas en la maleta, lo que puede que cataloguen de peligroso, lo que puede que sea ilegal. Haces memoria para ver si cambiaste el desodorante de spray por el de roll-on, si considerarán peligrosa esa lima de cartón que llevas que más bien parece papel de lija, si sacaste las tijeritas o el cortaúñas. Incluso si será peligroso ese mini-kit de costura de emergencia con nombre de algún hotel en la solapa.
Quien fuma repasará las cajetillas o alguna china olvidada (si es que algún día se acordó de ella) y ¡caramba! el mechero de recuerdo de las vacaciones o la novia anteriores.
Según se avanza y queda menos tiempo para cruzarte con el de seguridad, rezarás para que no te hagan quitarte los zapatos, prometiendo de rodillas si hiciera falta que no llevas ni explosivos, ni navajas, ni droga en ellos, todo por no ponerte esos calcetines del mismo material que los guantes para coger fruta y verdura en un supermercado.
Sigue el repaso: nada líquido, no drogas, no armas... ¡Mierda! ¿Las horquillas que llevo en el pelo pitarán? Y aunque no piten... ¿creerán que voy a sacar un ojo a alguien con ellas?¿Y los aros del sujetador -siempre pitan cuando menos te lo esperas-?
Hasta aquí el repaso general pero... si eres celíaco la cosa cambia.
Hay otra pregunta que de ser afirmativa puede que te crujan la mitad de la comida de la semana que te vas de viaje, o por lo menos los desayunos: ¿ponen pegas con la comida?¿Y con los bocadillos?
No es un equipaje de mano muy común, pero es tan normal como el neceser cuando se es celíaco. Hay que cubrirse las espaldas sobre todo con los desayunos cuando se va fuera de casa. En muchas ocasiones no sabes si vas a encontrar pan, galletas o pasta sin gluten allá donde vas, o si lo podrás comprar el primer día, y no digamos si vas al extranjero.
Por eso no es de extrañar que una se ponga nerviosa en los controles aeroportuarios cuando lo que lleva en la maleta, junto a la toalla, el neceser, los zapatos y la ropa, son paquetes de galletas, de pan e incluso pasta. Lo malo no es llevarla, sino explicar el motivo de llevarla. La persona de seguridad de turno puede ser muy cuadriculada o ni siquiera hablar tu idioma.
Sea como fuere, si toca registro y toca dar explicaciones puedes verte en un verdadero problema si no convences al de seguridad de turno. No sólo porque puede dejarte sin el desayuno de la semana sino porque saldrá tan caro como si al del tabaco le confiscaran un cartón o a otro le requisaran un bote de colonia. Y más ahora que van a subir los productos sin gluten del 8% al 10% de IVA.
En España -y parte del extranjero- (por el momento) nunca me han llamado la atención ni registrado por el 'contrabando' de productos sin gluten. Aunque espero que no lo hagan, por el bien de mi bolsillo y de mi estómago a las 9 de la mañana... no en todos los sitios puedes encontrar un pincho de tortilla para desayunar.

lunes, 16 de julio de 2012

El subidón de delinquir por el gluten

¿Quién no se ha sentido alguna vez como un delincuente? Haciendo algo que sabía ilegal como puede ser colarse en el Metro; no adaptarse a las nuevas normas como seguir fumando en un lugar en el que ahora está prohibido; saltarse los protocolos establecidos por tener la certeza de que, a pesar de ir en contra de la ley, según el propio criterio se estaba haciendo lo correcto. Si se es celíaco, a estas situaciones habría que sumar otra:
Sentirse un 'delincuente' saltándose la norma establecida para poder tener algo más contundente que unos snaks para comer.
En otras palabras: intentar colar un bocadillo en un recinto que prohibe introducir bebidas o alimentos, en un supuesto pro de tu seguridad, pero que esconde el fin económico que supone comprar dentro una botella de agua por 3€, un mini de cerveza a 6€ o un bocadillo por 5€.
Contra la bebida poco se puede hacer, nos tocará aguantarnos como a todos. Pero en lo que a la comida respecta, no siempre es fácil seguir las normas.
El plan está claro: colar el bocadillo
La razón se ruge desde el estómago: poder aguantar horas de actividad física en un concierto o tal vez en un parque de atracciones con algo más que una bolsa de patatas fritas o una chocolatina. 
El modo: ocultar la forma de bocadillo.

Cómplice del delito
El sistema de camuflaje tiene su procedimiento. Lo primero, sería hacer bocadillos pequeños (cosa que no es muy difícil, gracias a los tamaños minúsculos que ofrecen la mayoría de los fabricantes -una tostada de bimbo al lado de las nuestras, parecería más bien enorme-).
Después, tras envolverlo en plástico, papel aluminio o cualquier material que el celíaco desee -eso ya va en función de las costumbres del hogar- es conveniente meterlo dentro de una bolsa de plástico, pero nada de Mercadona o Carrefour, éso no hará sino levantar más sospechas. Para este caso, una bolsa de una librería, tienda de ropa o de discos podrá ser una buena opción de distracción. 
Una vez preparado el paquete hay que esconderlo. Si se lleva abrigo con bolsillos grandes en los que el contenido pase desapercibido, ¡mejor que mejor! Eso sí, sólo si se lleva mochila o bolso acompañando. La atención se centrará más en el bolso, por razones evidentes de espacio. Pero también podemos usar ese bolso como escondite: una técnica fácil es guardar la bolsa dentro de una bufanda o jersey. Al palpar estará más o menos igual de blando, y las manos que andan buscando botellas u objetos contundentes lo ignorarán.

Así, con el bocadillo escondido de forma estudiada podremos dirigirnos hacia la cola de entrada. Mientras uno se acerca el pensamiento recurrente será el de: 
¿Y qué hago si me lo pillan y me dicen que no lo puedo pasar?
Por supuesto que la primera opción sería comérselo allí mismo. ¡Está el precio del pan sin gluten como para tirarlo en el bidón junto a las botellas confiscadas! Otra opción es intentar explicar el problema esperando que el guarda jurado de turno tenga un caso de celiaquía entre sus amigos o familiares. Incluso para los más aventureros, si no se convenciera con el pretexto de que se es celíaco, entrar en cólera y exigir responsabilidades, lo cual no suele acabar bien.
Pero la mayoría de veces no hacen falta planes B, el escondite está tan elaborado que pasas sin problemas el control. Te sientes triunfante, hábil y brillante, con la adrenalina recorriendo tu cuerpo dispuesta a volver a repetir la operación cuantas veces sea necesario.
Así encumbrada, cuentas la hazaña  a tus acompañantes, a los que has tenido en la ignorancia para evitar fallos en tu meditado plan. El ego se infla, el estómago se revoluciona  a la espera de su merecido premio.
Pero todo se desmorona de un golpe cuando, al contar tu proeza, un amigo saca de su mochilla lo que se identifica perfectamente tras el papel de aluminio como un bocata hecho con una barra entera de pan y te dice:

-Si lo único que no dejan pasar son botellas.

martes, 12 de junio de 2012

Nocilla ¡a cucharadas!

Un día en casa de una amiga:
-No tengo chocolate pero si quieres tengo Nocilla. ¡Ay!Lo malo es que sólo te puedo ofrecer una cuchara para tomarla...
-¿¿Y cuál es el problema??

Otro día en una fiesta:
-¿Un canapé? (de paté)
-No gracias, es que no puedo, no es que no quiera. Ya sabes...
-Pues si lo que no puedes tomar es el pan: toma. (dijo mientras me ofrecía el mismo canapé, en el que un cuchillo de untar hacía las veces de pan)

Sí. La alternativa al pan muchas veces no es 'pan sin gluten'. En estas ocasiones obedecemos a pie juntillas la 'sugerencia' de aquel chirriante 'pues que no coman pan y punto'. Es EXACTAMENTE lo que hacemos. Nos lo comemos sin pan.
Donde otros utilizan pan, galletas o cualquier otra versión derivada, a los celíacos -más de una vez- nos toca usar herramientas menos comestibles: cuchillos, cucharas, palillos...
Que hay paté... un tenedor o un cuchillo pueden ser la solución.
Que hay huevos fritos... pues mojas con las patatas fritas (sí, no es lo mismo, pero conseguir no dejar ni rastro de yema en el plato cuando no se tiene pan es todo un arte).
Que hay Nocilla... te haces con una cuchara. En este caso ya suena más tentador que con los huevos ¿¿verdad??

Al final todo son ventajas (y no sólo en el caso de la Nocilla). Con estas técnicas nos ahorramos el pan, que a fin de cuentas todos sabemos que es lo que 'engorda'.

Pd: donde dije Nocilla pude decir también Nutella, dulce de leche, miel, leche condensada... o cualquier variante con tal de activar con dicha palabra las papilas gustativas de quien lea estas líneas.

viernes, 1 de junio de 2012

Ojalá la celiaquía se solucionara con Chardonnay

En una conversación entre amigos y conocidos:
- Salía una señora en televisión pidiendo ayudas al Estado porque los productos sin gluten son muy caros.
- ¿Que os dan ayudas por ser celíacos?(se oyó de fondo)
- A mi no, pero sí que las hay para comprar productos, o por lo menos las había. 
- Entonces que a mi me den ayudas porque sólo me gusta tomar Chardonnay.
- Es que son muy caros.
- Pues que no coman pan y punto. Que no pasa nada por no comer pan.

Cuando te enfrentas a este tipo de situaciones, donde además hablan de los celíacos como si contigo no fuera la cosa, es difícil (y ciertamente inútil) intentar argumentar nada. Hay que tener en cuenta que circulan informaciones incorrectas que pueden hacer pensar que, efectivamente, esto de comer 'sin gluten' es un capricho, lo cual desencadena este tipo de reacciones, no por falta de sensibilidad sino por una concepción distorsionada de lo que es la celiaquía.
Para empezar, las ayudas que dan son más bien las excepciones (es más, con la presente crisis han eliminado la practica totalidad) . La gran mayoría afrontamos el extra con el que están gravados los productos sin gluten. 
Por otro lado, 'nuestros' productos, al igual que todos aquellos que estén considerados como dietéticos tienen un 8% de IVA (subido recientemente hasta el 10%), en lugar de un 4% que tienen los productos de primera necesidad como es el pan 'normal'.
Además, de estar en esta lógica del 'no comer pan y punto', habría que sumar a no comer pan, no comer pasta, bollería, rebozados, empanados, cerveza (aunque curiosamente éste es el único producto que tiene un precio equiparable al de 'con gluten'),... 
Por supuesto que se pude vivir sin ello, ¡faltaría más!
Pero también, aunque ni de lejos están al mismo nivel -vaya por delante-, podemos vivir sin estudiar (y se dan becas), podemos vivir con ciertos dolores (pero tenemos una sanidad pública-de momento- que nos evita pasar por ciertos trances), podríamos ir andando a los sitios (pero tenemos un sistema de transporte público). Aunque si se para uno a pensar, en los últimos meses parece que todas esas cosas sin las que se puede vivir se empiezan a desmoronar y comienzan a ser consideradas por los gobernantes como asuntos de segunda (¡caprichos incluso!).
Tal vez sea esta mentalidad de 'pues que se lo pague cada cual' o la de 'pues que no lo haga/coma/use y punto'  la que, junto a la crisis económica, nos esté llevando a la situación actual.

Sea como fuere, esta persona tenía razón: que den ayudas para que todo el mundo pueda tomar Chardonnay, (yo me seguiré costeando los productos sin gluten como hasta ahora). En mi caso particular me vendría estupeeendamente bien, ya que, como plasmé en este blog hace unos meses, el vino da un lustre especial. Alguna ventaja tenía que tener ser celíaca, y no poder tomar cerveza en los bares (a pesar de que ésto esté cambiando porque alguna empresa 'impertinente', comenzó a fabricar cerveza sin gluten - ¡vaya empresa, se debería haber centrado en ciertos vinos!-)

jueves, 10 de mayo de 2012

Técnicas para ligar con una celíaca según las series americanas

Otra de series.
Además en ésta no se manejan bromas o mitos, sino una técnica de ligar que desconocía, tal vez porque la vea un tanto sorprendente.
La serie en cuestión es Scrubs, cómico relato americano sobre los empleados de un hospital.
En el capítulo 14 de la sexta temporada uno de los protagonistas intenta ligar con la niñera que tienen contratada sus dos amigos (un médico y una enfermera del hospital). Entre sus planes para conseguir una cita con ella están las siguientes fórmulas:

Me encanta la parte en la que dice:

-... luego te pediré que averigües si es alérgica a algo y le diré que yo soy alérgico a lo mismo, ¡les encanta! "¿Al gluten?Yo también, ¡comamos juntos!"...

¿Alguien se haría pasar por celíaco para ligar con una chica? Pues tal vez, lo cierto es que después de ver al personaje de Barnie de la serie Cómo conocía a vuestra madre, ya me puedo creer cualquier cosa en técnicas de ligoteo.
De momento esta artimaña no la han intentado utilizar conmigo, aunque sí otras relacionadas con la celiaquía, por tanto, no puedo catalogar su grado de efectividad. Eso sí, un consejo, si vais a usar esta técnica, aseguraos bien de que conocéis toda la información relativa a la celiaquía y a la alimentación, podríais descubrir el pastel en una metedura de pata. Pero si no queréis perder demasiado tiempo o si no sois de buena memoria, siempre os queda aquello de que 'acabáis de ser diagnosticados'. En ese caso sólo tendréis que informaros sobre los efectos secundarios, así que he aquí una pista. ¿Suerte?




lunes, 30 de abril de 2012

Celíacos: la envidia en el avión (pero no siempre)

A bordo de un avión, sirven un pequeño aperitivo compuesto de un sandwich y una barrita de cereales, en mi caso, habiéndolo solicitado previamente me traen otra cosa:
-Su menú sin gluten.
-Muchas gracias...
El paquete era abultado, una de esas bolsas de papel donde te puedes encontrar desde un producto de bollería hasta una pieza de fruta. En mi caso, era la segunda opción, eso sí, la segunda opción por dos: al abrirlo me encuentro con una manzana y una nectarina.
-Vaya, tu menú sin gluten es polivalente. Sirve para vegetarianos, veganos, musulmanes, hindúes,..
-Ya, ya pillo el concepto.
-Espera que hay más: para intolerantes a la lactosa, diabéticos, dietas bajas en calorías, para los que tienen el colesterol alto, para los alérgicos a los frutos secos... 

Efectivamente, mi menú en esa ocasión más que 'sin gluten' era menú comodín. A pesar de que cuando sirven comidas o cenas, y no tentempiés, es incluso hasta más recomendable pedir de antemano un menú sin gluten. Siempre sabes lo que te va a toca: arroz, pollo y/o verduras. Y por el momento siempre ha estado bueno. La mayoría de veces es mejor opción que el filete empanado pasado, la lasaña grasienta o la pasta fría que suelen poner al resto de pasajeros 'no celíacos'. Por no decir los beneficios y el ahorro de sufrimiento cuando en lugar de una tarta no identificada te ponen uvas u otra fruta. Incluso en algunos te incluyen pan sin gluten (muy de agradecer más que por lo de comer pan -que en mi caso no es una costumbre-, por el detalle).
El pedir un menú sin gluten en un avión suele causar cierto revuelo entre los compañeros de travesía para ver qué habrán puesto en esa bandeja que marcan con una pegatina bien visible: SIN GLUTEN, o SG. Unas veces surgen las envidias, de lo cual no les culpo, razones tienen. Pero en otras desearías que a tu acompañante se le agotaran en menos de un minuto todas las dietas para las que serviría el menú que te han puesto a ti como 'celíaca'.

martes, 24 de abril de 2012

Los libros (afortunadamente) no tienen gluten

Pasteles en forma de libro (2011). Pastelería Nunos, Madrid
-Muchas gracias por el libro, me encanta. Ya lo he empezado, pero con la de trabajo que tengo ahora, no sé cuándo lo voy a poder terminar.
-No tienes excusa para poder terminarlo... ¡es sin gluten!

...Sí, no hay excusa, sin gluten 100%, superando sin problemas las normativas pertinentes. Qué bueno hubiera sido que algún que otro libro hubiera contenido gluten y que en vez de tener que pegarme un empacho literario hubiera tenido que rechazarlo y evitar así zampármelo. Podría haber hecho uso de mi condición de celíaca para evitar, no sólo una digestión truncada, sino un empacho verborreico. Pero eso sólo con los libros pesados. De haberme tenido que comer otros, sólo por el festín literario, me habría importado bien poco la indigestión.


Pd: aviso a celíacos, la foto es meramente ilustrativa, no son pasteles sin gluten.



A José, cuya inspiración para participar de forma indirecta en este blog no podría haber tenido otro cariz que el literario



lunes, 23 de abril de 2012

Un secreto sobre Hacendado y su pasta

Unas horas antes de ir a casa de unos amigos a cenar...
-Y qué vamos a cenar.
-Espagueti a la carbonara, que la salsa les sale genial, además han pensado en ti y no han añadido harina ni nada que no puedas tomar...
-Ya, pero los espagueti son de trigo.
-No, los han comprado sin gluten.
-¡Ah! Pues qué detalle... ¿seguro? Que si no, puedo llevármelos yo de casa y así probamos lo buena que está esa salsa.
-No, no te preocupes, si los han comprado marca Hacendado.
-¿Y? La pasta de Hacendado igualmente lleva gluten, porque es de trigo.
-Ya, la pasta normal sí, pero parece mentira que seas celíaca: ¡¡todo lo que hay en Mercadona es sin gluten!!

Bien, os contaré un secreto, pero no se lo digáis a nadie: muchos productos del Mercadona son sin gluten, pero no todos. Además los básicos que normalmente se hacen con harina de trigo como el pan, la pasta o las galletas, LLEVAN GLUTEN. Si no lo llevaran, entonces veríais la diferencia no sólo en el sabor (aunque ha mejorado la pasta sin gluten), sino en el aumento astronómico del precio, ya que serían de harina de maíz o arroz, en lugar de trigo.
Cierto es que en Mercadona se pueden encontrar productos sin gluten como pan y galletas, pero pertenecen a marcas especializadas. También se encuentra pasta de arroz o maíz de la marca Gallo (no de la de Hacendado-aún-), pero es una línea especializada, totalmente diferente a la línea de productos de trigo.

CONSEJO:
Si vais a hacer una cena en casa y queréis hacer pasta, y además va una persona celíaca tenéis varias opciones:
-Pedirle a la persona celíaca en cuestión que se traiga una ración de casa para cocinarla (puede ser la solución más fácil si no tenéis ocasión de ir a comprarla o si dudáis a la hora de adquirirla).
-Hacer toda la pasta sin gluten (en función del número de comensales puede salir bastante caro, además de que el punto de cocción es diferente, pero puede ser una solución si sois dos a la mesa)
-Comprar pasta sin gluten y hacer una ración para la persona celíaca (es un detallazo, pero se entiende que se opte por la primera opción)

...Pero por favor, lo más importante, hagáis lo que hagáis, que no sea PASTA DE TRIGO!! ;)

lunes, 16 de abril de 2012

Te quiero... por el pan

Qué bien suena aquello de:

-Me encanta comer contigo... 

Qué reconfortante suena, qué gratificante.
Pero este es uno de los casos en los que una persona celíaca no debe olvidar nunca precisamente eso, que es celíaca. Hay que mantener las alertas activadas. Y no es para menos. Puede haber razones ocultas tras ese elogio.
La primera vez te confías, te dejas llevar por la felicidad del comentario y es entonces cuando caes en una especie de decepción irónica cuando a ese 'me encanta comer contigo' le matiza una aclaración del tipo:

-... Es que me encanta el pan y como tú no lo puedes comer, siempre tengo más cantidad.

Sí, ventajas de comer fuera de casa con una persona celíaca. Pero es totalmente simbiótico: tú das ración doble de pan a tu acompañante y él te devuelve el agradecimiento alabando tus intolerancias. ¡Los 'beneficios' son mutuos!

¡Comer con una persona celíaca tiene sus ventajas!

lunes, 9 de abril de 2012

¡¡En la mesa no se habla de celiaquía!!

Sentados a la mesa, en un restaurante cualquiera. El gluten de por medio en alguna comida que te ofrecen y tú tienes que decir no. Situación más que habitual. 
Normalmente es suficiente con la negación, pero en función de lo apetecible que sea el manjar, el comensal insistirá más o menos hasta que te veas en la obligación de justificar tu negativa y decir:

-No gracias, de verdad. Es que soy celíaca y no puedo tomarlo.
-¿Qué no puede tomar exactamente? 
-Gluten... vamos ni pan, ni pasta, o por ejemplo, lo que me estás ofreciendo...
-¡Ah! Y qué te pasa si lo comes?
-Reacción intestinal.
-Ya pero exactamente?
-Como una gastroenteritis.
-¿Pero gastroenteritis cómo?
-Te explico cuando terminemos de comer todo el proceso... y tu trabajo qué tal?
-No hombre, pero no cambies de tema ahora, cuéntamelo.
-Pues eso, daño en el intestino.
-Quieres ser más específica?
-Diarrea y vómitos. ¿Ya más claro?
-¡Que te cagas vaya! 
- o_O'

Tú intentando no ser desagradable, no tocar ciertos temas porque estás en plena comida, y tu acompañante, sin complejos, te suelta a las claras lo que estabas intentando evitar. 

Aunque otra reacción puede ser, después de la misma insistencia y de los mismos malabares para evitar el tema:
-Diarrea y vómitos. ¿Ya más claro?
-Que estamos comiendo, cómo eres...
-¬¬'


Sí, la celiaquía también tiene su parte escatológica. No todo iban a ser bromas con la comida. Con los efectos secundarios hay también una amplia gamas de reacciones. Cuando el tema sale a colación en la mesa, el intento de la persona celíaca por desviar el tema para no llegar ni a una ni a otra contestación a veces se torna harto complicado. Eso sí, las anécdotas, de momento en mi caso, no han sido demasiado divertidas, aunque sí motivo de muchas risas para terceros...

lunes, 12 de marzo de 2012

El terror en los ojos de la niña del pan sin gluten

Hay muchas objeciones que hacer al pan sin gluten. No ya en el sabor, al cual te acostumbras por más que sea un tanto más insípido que el de trigo; ni en la variedad, pues el universo actual de 'panes sin gluten' es una delicia si lo comparamos con las insípidas tortas de maíz que había a principio de los noventa, como único homólogo del pan 'normal'. 
Pero hay otras como el precio, que sigue siendo astronómico en comparación con el pan de trigo, alcanzando en ocasiones niveles cinco veces mayor, aunque nos resignemos por la causa de nuestra compra. O también puede haber quejas en la composición: 'sin gluten', 'sin lactosa', 'sin huevo', 'sin aditivos', 'sin frutos secos', ... pero por favor ¿¿qué tiene?? O más bien ¿por qué el pan tendría que llevar alguno de esos ingredientes?

Dejando de lado el contenido, a lo que de verdad se pueden hacer objeciones, más que nada por la absoluta incomprensión en cuanto a los motivos que han llevado a hacerlos, es al continente de algunas marcas de pan sin gluten. Para algunos fabricantes todas las problemáticas que circundan al pan sin gluten parecen no ser suficientes. Como prueba, el diseño de este envoltorio que se repite de forma sistemática en toda la gama de esta marca:

Sea pan, pasta, harina, chocolate en polvo, palmeras, colines, galletas... en todos los productos nos espera esta niña medio asomada a nuestra comida. Una niña que te mira vigilante cual ojo controlador que parece decirte, en el momento justo en el que vas a coger el pan:
Así que quieres coger una rebanada de pan eh....

Con tal mirada, ya no da miedo acercarse al paquete de pan por pensar al precio que te va a costar hacerte un bocadillo (que a veces también), sino por esa mirada desconcertante y un tanto diabólica de una niña que no llegará a los 5 años, con lo que incrementa el factor de congoja.
Aunque hay una ventaja, es infalible a la hora de ponerse a dieta. Conozco sistemas 'anti-picoteos-entre-horas' que se instalan en la puerta de la nevera, con los que suena la banda sonora de la película Tiburón cada vez que la abres, que son menos efectivas que la foto de esta niña de los productos sin gluten.
Eso sí, puedes recortar la foto de la niña y ponerla en todo alimento que quieras evitar comer, seguro que sale más barato que el dispositivo de nevera con música, aunque al precio que están los productos sin gluten, el precio andará en similares proporciones.

miércoles, 7 de marzo de 2012

¿¿La leche no tiene gluten??

Encuentra el fallo en la siguiente imagen:



Para quien tenga prisa, la solución gráfica está al final del texto, pero creo que es mejor explicar la imagen para resolver ciertas dudas que puedan estar invadiendo el imaginario colectivo.
En efecto, el fallo es ese sello de 'SIN GLUTEN' que luce tras los ingredientes, los cuales no son muy identificables en la fotografía pero en los que se indica: 'leche entera de vaca'. ¡¡Vaya!!¿¿La leche no lleva gluten??¿¿De verdad??¡¡Qué alivio!!...
En la actualidad, se ha extendido esa manía de poner a todo producto el sello sin gluten. Da igual que sea un embutido, un zumo o un yogurt. Todo producto que no contenga gluten, ya sea porque por naturaleza no lo tiene, porque en su proceso de elaboración no se ha utilizado o porque no haya sufrido una contaminación cruzada por el mismo, es susceptible de llevar tan 'digno' sello.
Por estrategia de venta o por concienciación sobre la enfermedad celíaca se llegan a sellar los productos más impensables.
Bien es cierto que es una medida para aquellas personas que desconoces los productos que pueden llevar la proteína del gluten (tanto nuevos y hábiles celíacos, como ajenos) y que con ello se evita la minuciosa tarea de leer la composición de cada producto. Pero la sobrecarga hace que en muchas ocasiones el mensaje se distorsione.
En el caso de los embutidos y demás productos elaborados está más que recomendado. Lo malo son otro tipo de alimentos como por ejemplo la leche (el origen de esta entrada) o los zumos. Preocupaos cuando un zumo o cualquier refresco no lo pueda tomar un celíaco... su composición puede llegar a asustar, como es el caso de la bebida Sunny Delight, no apta para celíacos por contener almidón modificado.
Un día veremos en las bandejas de frutas y verduras el sello de 'SIN GLUTEN', o en el vino, en el queso, en la carne. Porque, una vez más, como en tantos otros casos, es mejor sellarlo todo antes que enseñar a la gente la composición de los alimentos.



Solución:

domingo, 26 de febrero de 2012

La 'gatita' sin gluten

 A finales de los 80, los únicos productos sin gluten con los que contaban los celíacos eran unas insípidas tortitas de maíz. Sí, algunos puede que piensen en las tortitas actuales de arroz, maíz, arroz con jengibre, arroz con chocolate blanco, maíz con chocolate... etc, etc, etc. Pero no, aquellas eran más bien insulsas y con una más que elevada cantidad de fibra, por lo menos al tacto.
Con el paso de los años, los productos sin gluten se han ido perfeccionando tanto que la oferta es variadísima: pan de todas las formas, clases y sabores; bollería de lo más industrial con deficiencias aún en el acabado -pero no por ello con menos mérito-; productos congelados como croquetas, lasañas, pizzas y hasta profiteroles; sopas de sobre; pastas de la más amplia gama sin quedar cual masa apelmazada dos minutos después de terminar de cocinarla, incluso de colores y con formas de animales; barquillos y galletas, aunque ninguna con un sabor que termine de convencer realmente; ¡cervezas!... para qué seguir.
Una gama que nada tiene que ver con las opciones de hace veinte años. Aunque el precio es algo que si bien no cambia, aun aumenta más, en proporción directa con la variedad. 
Tanto se ha especializado este sector, con tanta rapidez en los últimos años, que pareciera un relato de ciencia ficción el pensar, hace escasos cinco años que entre las opciones de los celíacos pudiera llegar a encontrarse... galletas de Hello Kitty: ¡con pegatinas de regalo!


Las delicias de los más pequeños e incluso de los más crecidos que tuvieron que conformarse en su niñez con esas tortas de arroz/maíz a las que no se les había incluido todavía ni chocolate (¡ah! También son sin lactosa).
Aunque más bien las delicias de quienes se lo puedan permitir, en alguna ocasión especial o como regalo de cumpleaños. Pues, como puede leerse en la letra pequeña del precio, el kilo de galletas 'kitty' sale a más de 20€/Kg... eso sí: te puedes dar el capricho de 16 galletitas (120 gr.) por el módico precio de 2,58 €. (Hay que decir que es de los precios más baratos que se pueden encontrar. Sí, hay supermercados donde se incrementa más)
Sea caro (que ya lo sabemos en este sector) o no, lo cierto es que siempre resulta chocante este tipo de novedades, pero no por ello menos alentadoras por lo que ello implica. Por mi parte, seguiré sin probar esta novedad: ni me gustó mucho esta gatita, ni quiero que me guste, no vaya a ser que mi economía se vea afectada por una súbita adicción a estas galletas. Además añadir que el campo de las galletas industriales no es un campo demasiado perfeccionado por la industria del 'sin gluten', a excepción de alguna marca, a la que le queda, aún así, un largo camino. 


miércoles, 22 de febrero de 2012

Los donuts de 'dieta' sin gluten


El efecto de los medios de comunicación en la dispersión y distorsión de ciertos mensajes sobre la celiaquía es fundamental, pues si bien no son los creadores únicos, sí que pueden gestionarlos, convirtiéndose en los principales distribuidores y creadores del imaginario colectivo. Tal es su fuerza, que la creencia de que la alimentación sin gluten es el equivalente a una dieta de adelgazamiento se ha colado en una serie de televisión, recientemente estrenada en España. 
La serie la han traducido como Terapia de choque, pero el nombre original es Necessary Roughness. No es necesario explicar el argumento en este espacio, sólo mencionar que la protagonista está divorciada y en una escena del segundo capítulo de la primera temporada, en una escena en la que está desayunando con dos amigas ella reacciona de la siguiente forma al dar un mordisco a un donut:

-       Mmm…¡Org! ¿Y este donut?
-     ¡Oh! Sin gluten, 190 calorías. Si vas a estar de nuevo en el mercado tendrás que cuidarte.
Sólo un dato, la harina de trigo contiene más o menos las mismas calorías que los preparados de harinas sin gluten que venden en el mercado en la actualidad. Debías ser que ese donut en particular no llevaba gluten, ni azúcar, ni grasa, de ahí el ‘¡org!’ al comérselo.
En un primer momento, como la había visto en la versión doblada al español, creía que habría sido un fallo de traducción, pero me entró la risa floja al descubrir que en la versión original decían aquello del "gluten-free".
Ahora parece que la alimentación sin gluten está de moda... hasta que se den cuenta de que no es efectiva para adelgazar. Puede que esta sea la explicación de que todas esas dietas express, de moda, de nueva creación, no funcionen...