Entré en un restaurante VIPS para cenar, como tantas otras veces. Pero en esa ocasión pediríamos comida para llevar. Como la temática del día iba de pizzas, y aprovechando que esta cadena de restaurantes ahora dispone de unos cuantos platos sin gluten -como sándwich mixto, lasaña o pizza-, me decidí a pedir la carta sin gluten.
-Me da una carta sin gluten por favor, para ver qué tienen.
-Un momento que la encuentre...
En fin, cosas que pasan si las personas celíacas no son clientes asiduos. Una vez con ella en la mano, nos dispusimos a pedir. Primero pidió mi acompañante sin problemas. Pero cuando llegó mi turno:
-Para mi una pizza sin gluten (no hacían falta más especificaciones, sólo hay una -fácil, fácil-).
-¡Ay! No. Un momento, si es sin gluten se lo tiene que pedir a mi compañera.
-¿Perdón?
-Yo no soy personal autorizado, tengo que llamar a la jefa.
-En fin.. pues espero.
Al llegar 'su compañera autorizada', que se trataba de la jefa superior, volvió a tomar nota primero a mi acompañante y para terminar mi plato: la pizza sin gluten.
-Todo para llevar, por favor -recordé antes de que se marchara-.
Entonces paró de escribir, me miró con cara de lamentación y dijo:
-¡Ay! No. Si es una pizza sin gluten no se lo puedo poner para llevar.
-¿Perdón?¿Por qué?
-Porque no estamos autorizados a manipular los productos sin gluten.
-Sólo le estoy pidiendo que me lo ponga en un plato de plástico para llevar, en lugar de en uno normal. No que la tenga que tocar.
-No, pero es que no podemos manipularla.
-Si sólo la tiene que poner con unas pinzas en el plato de plástico.
-Pero es que ya hemos recibido llamadas de atención.
-No sé qué le habrán dicho, pero le estoy pidiendo la pizza para llevar. Sin tocarla, sin mezclarla con nada más. En un recipiente para llevar.
-Pero es que no puedo...
Después de una retahíla de diálogo de ping-pong, harta, cansada y molesta por aquella forma de controlar lo que una persona celíaca puedo o no tomar, como si de un ex-alcohólico o un nuño castigado sin su golosina se tratara, zanjé varios minutos de idas y venidas dialécticas con una frase contundente, aunque algo salida de tono:
-Vamos a ver, ¿va a explotar la pizza cuando salga por la puerta del restaurante o algo así?
-No, pero es que no puedo.
-Vale. Pues imagínese que es para él -dije señalando a mi acompañante-. Como si fuera para él que no es celíaco. Ya me la va a poner ¿o no?
-Si lo hago es bajo su responsabilidad.
-¡Por su puesto!¡A estas alturas con que no explote me conformo!
-De acuerdo -dijo mientras se dirigía a por el pedido-, pero reitero que no nos hacemos responsables.
Al final, me sirvió la pizza sin gluten para llevar. Eso sí, bajo mi responsabilidad, ella no quería hacerse responsable, aun no sé muy bien de qué. Pero he de admitir que salí con cierto miedo del restaurante, casi con la tensión del que espera escuchar un estruendo, aunque lo único que percibí fue el sonido mecánico de las puertas automáticas que se abrieron a mi paso al salir del VIPS.
Este tipo de actitudes de escrupuloso control tanto alimentario como psicológico sobre los celíacos es, aunque a muchos de nosotros nos moleste, algo de lo más común. A veces se hace difícil mantener el equilibrio entre el control de la contaminación por gluten en la dieta por parte del personal de los restaurantes, y el posicionamiento paternal de control sobre el celíaco, interpretando que hay que salvaguardar su dieta, sin tener en cuenta que el celíaco, y más si es adulto, es perfectamente capaz de gestionar su dieta.
Por otro lado, decir que la comida sin gluten ofrecida por el VIPS, es bastante escasa y no de demasiada calidad, a pesar de que sea un punto a su favor para que las personas celíacas puedan comer sus productos fuera de casa. Pero desde la experiencia propia, aconsejo elegir platos que por la naturaleza de sus ingredientes no tengan gluten, aunque nunca está de más avisar al personal de que se es celíaco. Creo que si la comida es para servir en el restaurante no oponen tantos problemas, pero no lo puedo garantizar, ésta fue la primera vez que decía en un restaurante de esta cadena que era celíaca, y después de mi odisea, de momento, ha sido la última. Lo de probar suerte, por si acaso cambia la situación, ya lo dejo 'bajo la responsabilidad de cada uno', yo no me hago responsable.*
Pizzas explosivas or su falta en gluten!!!
ResponderEliminarcomo no se me ocurrio a mi??
Tan sencillo como que si te equivocas de pizza al comerla fuera te pones como Gollum, y luego la picaresca española y su Justicia hacen el resto contra VIPs. No hace falta ser muy listo para saber que han debido tener algún caso de celíacos disléxicos que además echan la culpa a otros para que su nuevo protocolo sea el del acojono máximo. Y por supuesto VIPs no responde, ataca a su empleado y lo machaca en pos de su buena imagen, desviando las piedras a su personal, que para eso hace el favor de pagarles el salario minimo, ¿no?
ResponderEliminarEstimado ramonruizf:
ResponderEliminarCuando me entregaron las pizzas, me dieron en una bolsa aparte la que era sin gluten -por ese lado no habría habido problema-. En cuanto a lo de Gollum, no exactamente, la reacción derivaría en una dolencia intestinal. Por lo de los 'celíacos disléxicos', no sé si disléxicos, pero hipocondríacos seguro que sí, por eso mi insistencia a la encargada de que "no sé que le habrían dicho otros"-la picaresca española no escapa a ningún campo- . En cuanto a la crítica hacia los empleados, más bien es hacia VIPS. Está claro que si es la empresa quien ofrece tales platos, es ella quien debe responsabilizarse de la formación de su personal para saber cómo gestionar estos casos, aunque es cierto que son los camareros los que al final se enfrentan con el problema, mientras que los directivos que han firmado el compromiso con las asociaciones pertinentes se despreocupan.
Yo he tenido dos experiencias parecidas también en restaurantes VIPS. Uno me dijo directamente que no me iba a servir comida, aunque finalmente lo hizo, y otro que solo tenía un plato que podía comer. No se qué clase de "toques de atención" les han dado,porque a mí también me hablaron de eso, pero los modales y la extrema negación me mosquean bastante...
ResponderEliminarEn mi caso fue en un Starbucks. Algunas tardes me tomo un te con el pastel de chocolate sin gluten que tienen. Hasta ese día me lo calentaban si problema unos minutos y me lo servian en un plato. Pero hace cosa de un mes,en el mismo local que el día anterior me habia calentado el pastelito, se nego ha hacerlo porque no podian garantizar que el horno estuviese limpio. Al final tras "discutir" con el encargado, lo hicieron bajo mi responsabilidad. Esto parece mas a que algun directivo desde un despacho les ha pasado una circular sobre el tema, sin tener mucha idea de nada.
ResponderEliminar